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Foto del escritorAndrea Calabro

Datos curiosos del español


La lengua es sinónimo de lo que conocemos como idioma y es un sistema de comunicación que utiliza un grupo de personas formado por signos lingüísticos que se manifiestan de forma oral o escrita.

Es sabido que cada lengua (español, inglés, francés, etc.) cuenta con sus propias normas y su propia gramática, pero también cada lengua presenta curiosidades que muchas veces ni los hablantes nativos conocen. El español hablado por más de quinientos ochenta millones de personas en el mundo es un idioma infinitamente rico y justamente por ello posee rarezas y singularidades.


La letra “Ñ”

Muchas veces, hablantes o no del español, nos preguntamos por el origen de esta letra. Para encontrar una respuesta nos tenemos que remontar a la Edad Media, cuando los monjes copistas y escribanos, por falta de pergaminos y también para ahorrar tiempo tuvieron que abreviar algunas letras para poder ubicar el mayor número de palabras en cada línea. Las letras que estos copistas medievales suprimían se escribían como un trazo horizontal sobre la palabra en cuestión, a modo de tilde o virgulilla (~) achatada y en cursiva. Una ñ es una n sobre otra n.

Alfonso X el Sabio en el Siglo XIII realiza una reforma ortográfica introduciendo la “ñ” como opción preferente para identificar algunos sonidos que hasta ese momento se representaban utilizando otras letras.

La letra ñ es la letra española por excelencia, ya que fue la única inventada en España, pero otros idiomas la incluyen también en sus alfabetos: gallego, euskera, quechua, mapuche, tagalo y algunas lenguas aborígenes australianas.

Es una letra poco frecuente ya que suela aparecer apenas 0,3 veces de cada 100 palabras, misteriosa y personal en su grafía y en su pronunciación, indiscutible marca de identidad hispana en el mundo.


El segundo idioma más rápido de pronunciar

La rapidez de un idioma se basa en la cantidad de sílabas que un hablante puede pronunciar por segundo.

En el Laboratorio Dinámico del Lenguaje de la Universidad de Lyon, Francia, se ha realizado un estudio basado en la comparación de 17 lenguas del mundo para determinar si hay lenguas más “eficaces” al momento de transmitir un mensaje. Los resultados han sido sorprendentes: el japonés es el idioma más rápido con una velocidad promedio de ocho sílabas por segundo y justo detrás se encuentra el español, concluyéndose entonces que el japones y el español son las dos lenguas más eficaces para transmitir información ya que logran pronunciar en un lapso de tiempo determinado un mayor número de sílabas.

Si usamos el español podemos contar una historia en un tiempo más corto que si lo hacemos en tailandés o en chino mandarín que se configuran como los idiomas más lentos.


Se habla en todos los continentes

Sabido es que el español se habla en Europa y no hay duda de que en América también pero poco conocido es el dato de que el español tiene presencia en el resto de los continentes, en África, Oceanía, Antártida también se habla español. Aquí una breve descripción de los países que poseen hablantes de la lengua de Cervantes.


En el continente africano está presente en Ceuta y Melilla, también en las Islas Canarias, en Guinea Ecuatorial y el Sáhara Occidental. En Oceanía se habla en la Isla de Pascua, en la Polinesia. Mientras que en La Antártida se lo escucha en la localidad argentina de Fortín Sargento Cabral y en Villa La Estrella, una localidad chilena.


La “H”, la letra muda

Cuando un estudiante de español como segunda lengua se enfrenta a la H primeramente se asombra, en segundo lugar, se confunde y no deja de interrogarse ¿por qué existe si no tiene sonido?

La H es la única letra del español que no suena, es decir, que es muda. Solo se pronuncia cuando va precedida de “c” formado de este modo el sonido “ch”, pero cuando está sola sin la compañía de “c” es como si no existiese.

En nuestro idioma hay más de dos mil palabras que inician con la letra hache: helado, hilo, hada, hombre y hechizo son algunos ejemplos, pero no solo encontramos esta letra muda en el comienzo de la palabra, sino que para complicar más esta historia puede aparecer intercalada entre dos letras como en zanahoria, bahía o vehículo. Y en ninguno de los usos tiene sonido.

Sin dudas es una letra muy compleja y para comprobar que no es inútil hagamos un poco de historia.

La H no siempre fue muda. Los primeros en utilizarla fueron los fenicios, y la pronunciaban con el sonido de una “j” aspirada. Después los griegos la adoptaron y le dieron una forma mayúscula como la conocemos hoy pronunciándola como una suave aspiración. Con el tiempo pasó al latín, se fue suavizando el sonido y finalmente del latín saltó al español.

La Real Academia Española (RAE) sostiene que hasta mediados del siglo XVI la H todavía se pronunciaba por medio de una aspiración en algunas palabras, sobre todo en aquellas que originariamente comenzaban con F latina. En un comienzo fue la gente culta la que al hablar pronunciaba la H mediante una ligera aspiración. A partir del siglo XV esa tendencia cambió y la H aspirada comenzó a considerarse un vulgarismo, algo propio de las clases sociales bajas y de gente poco instruida y así fue como paulatinamente la H enmudeció totalmente.

Lingüistas y filólogos sostienen que, aunque sea muda no es una letra inútil. En la palabra “búho” la H intercalada entre la “u “y la “o “sirve para marcar un hiato, es decir el encuentro de dos vocales contiguas que al no formar diptongo se pronuncian en distintas sílabas, indicándonos entonces que la palabra “búho” tiene dos sílabas y no una.

No solo nos ayuda con la cantidad de sílabas, sino que, al momento de escribir palabras homófonas, esas palabras que suenan igual, pero tienen significado distinto, la H nos ayuda a diferenciarlas. Ejemplos abundan: uno/huno, ojear/hojear, ora/hora, onda/honda, etc.

La letra muda del español pero que aún cuenta con un importante desempeño en su gramática..

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